El Ser Humano y lo Divino
Aristóteles ve al ser humano como una unidad de cuerpo y alma, no como dos cosas separadas. El alma es la forma del cuerpo y distingue tres tipos: vegetativa (nutrición), sensitiva (sensaciones) y racional (pensamiento), siendo esta última la específicamente humana.
En cuanto a Dios, Aristóteles lo concibe como el primer motor inmóvil. Es lo que genera todo el movimiento del universo sin moverse él mismo. Como es perfecto, solo puede dedicarse a la actividad más excelente: pensarse a sí mismo.
La filosofía primera estudia los primeros principios divinos, pero es tan perfecta que solo Dios puede realizarla completamente, ya que requiere intuición intelectual instantánea. Los humanos podemos aproximarnos estudiando las formas de las cosas.
Esta concepción del alma racional es clave porque es lo que nos permite alcanzar nuestro fin natural: la felicidad (eudaimonía).
💡 Dato clave: El alma no existe separada del cuerpo, sino que es la forma que organiza y da sentido al cuerpo vivo.