Leasing y Renting: Usar sin Comprar
El leasing es como comprar a plazos con opción final. Quieres un equipo de 50.000€ pero no tienes efectivo. El banco lo compra y te lo "alquila" con cuotas mensuales. Al final, puedes comprarlo por el valor residual, devolverlo o renovar contrato.
Las cuotas incluyen el coste del equipo, intereses, gastos administrativos e IVA. Puedes financiar el 100% y tienes flexibilidad en plazos. Además, las cuotas son gasto deducible fiscalmente.
El renting es alquiler puro, normalmente de 24-48 meses. La diferencia clave: la cuota incluye mantenimiento, seguros, reparaciones... todo. Es más caro mensualmente, pero sin sorpresas.
Comparación práctica: Con leasing acabas siendo propietario; con renting, devuelves el bien y punto.
El renting flexible es la evolución: pagas solo por uso real, puedes devolver sin penalizaciones y cambiar de vehículo cuando quieras. Perfecto para empresas con necesidades variables.