El Destino de los Sefardíes Expulsados
Después de la expulsión, los sefardíes se dispersaron por el mundo, llevando consigo la cultura y el idioma español. Las principales comunidades judías españolas estaban en Toledo, Sevilla, Granada y Valencia, con unas 1000 familias registradas.
Los judíos expulsados encontraron refugio en varios lugares: el Imperio Otomano (que tenía políticas de tolerancia religiosa), el norte de África (Marruecos, Argelia, Túnez), Italia (especialmente Venecia y Livorno) y más tarde América Latina.
En todos estos lugares, los sefardíes contribuyeron significativamente a la economía, comercio y cultura. Muchos conservaron el español durante siglos, creando el ladino judeo−espan~ol que aún se habla hoy en día.
Increíble pero cierto: Algunos descendientes de sefardíes todavía conservan las llaves de las casas que sus antepasados tuvieron que abandonar en España hace más de 500 años.