Criterios de clasificación de empresas
Las empresas pueden clasificarse siguiendo diversos criterios que nos ayudan a entender mejor su naturaleza y funcionamiento. Según su tamaño, se dividen en microempresas, pequeñas, medianas y grandes empresas. Esta clasificación se basa en tres parámetros principales número de trabajadores, volumen de ventas y total de activos.
Para que una empresa se considere dentro de una categoría específica, debe cumplir el criterio del número de trabajadores y al menos uno de los otros dos criterios. Las microempresas tienen hasta 10 trabajadores, ventas inferiores a 2 millones € y activos por debajo de 2 millones €. En el extremo opuesto, las grandes empresas superan los 250 trabajadores, los 50 millones € en ventas y los 43 millones € en activos.
Según el sector económico al que pertenecen, las empresas pueden ser del sector primario (agricultura, ganadería, pesca, explotación forestal, extracción minera), que extraen materias primas de la naturaleza; del sector secundario (industria, construcción), que transforman estas materias primas en productos; o del sector terciario (comerciales, servicios), dedicadas a la venta de productos o a ofrecer servicios intangibles.
📌 La clasificación por tamaño es crucial para determinar qué ayudas puede recibir una empresa y qué obligaciones fiscales debe cumplir.
También podemos clasificar las empresas según la propiedad del capital (privadas, públicas o mixtas), según su ámbito de actuación (locales, nacionales o multinacionales) y según su forma jurídica, distinguiendo entre autónomos (una persona física que inicia una actividad en nombre propio) y sociedades mercantiles (varias personas unidas formando una empresa).