La economía mixta y el Estado de Bienestar
¿Y si pudiéramos combinar lo mejor de ambos sistemas? La economía mixta se sitúa a medio camino entre la economía de mercado y la planificación centralizada. Este modelo surgió tras la Gran Depresión de 1929, cuando quedaron evidentes los fallos del mercado puro.
En este sistema, el mercado sigue siendo el principal asignador de recursos, pero el Estado interviene activamente para corregir desajustes. Las funciones del Estado en una economía mixta incluyen:
- Establecer el marco jurídico-institucional
- Suministrar bienes públicos como educación
- Redistribuir la renta para corregir diferencias socioeconómicas
- Suavizar la inestabilidad cíclica para que las transiciones sean menos traumáticas
Los países ricos impulsaron durante el siglo XX el Estado de Bienestar, un caso particular de economía mixta caracterizado por un alto grado de intervención estatal y un elevado gasto social.
💡 El Estado de Bienestar busca garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios básicos como sanidad, educación y protección social, independientemente de su nivel de ingresos.
Cada sistema económico tiene sus ventajas e inconvenientes. La economía mixta intenta aprovechar lo mejor de los otros sistemas: la eficiencia del mercado y la equidad de la planificación centralizada. Sin embargo, sus inconvenientes varían dependiendo del grado de intervención pública: si es escasa, pueden aparecer los problemas de la economía de mercado; si es excesiva, los de la planificación centralizada.
La mayoría de las economías actuales son mixtas, con diferentes grados de intervención estatal según sus valores y tradiciones políticas.