Del innovador al líder moderno
Knight y Schumpeter marcaron el siglo XX con ideas muy diferentes. Knight insistía en que no se puede ser empresario sin asumir riesgos, mientras que Schumpeter lo veía como un innovador que crea nuevos productos o formas de producir.
Cuando las empresas se hicieron enormes, Galbraith propuso algo genial: la tecnoestructura. Como una sola persona no puede dirigir una gran corporación, se necesita un equipo de profesionales expertos en diferentes áreas. Kizner añadió otra pieza clave: el empresario como descubridor de oportunidades de negocio.
Hoy en día, el empresario es fundamentalmente un líder que debe cumplir cuatro funciones esenciales: planificar hacia dónde va la empresa, gestionar y dirigir el día a día, organizar y coordinar todos los recursos, y controlar que todo funcione correctamente.
Recuerda: El empresario moderno no necesariamente es el dueño, pero sí debe ser capaz de liderar y tomar decisiones estratégicas para alcanzar los objetivos empresariales.