Dirección y estructura organizativa
Dirigir una empresa es como ser el director de orquesta: hay que coordinar a todos para que suenen bien juntos. La función de planificación es fundamental y tiene tres pasos: analizar la situación actual, determinar objetivos realistas y crear presupuestos que no generen pérdidas.
La función de organización decide cómo dividir los departamentos. Puedes organizarlos por zonas geográficas (Madrid, Barcelona...), por productos, por funciones especializadas o por proyectos específicos.
La comunicación fluye en todas las direcciones: interna (entre empleados), externa (con clientes), formal (oficial) e informal (conversaciones entre compañeros). También puede ser ascendente, descendente u horizontal según quién hable con quién.
Existen varios tipos de liderazgo: autoritario (manda sin discusión), democrático (escucha a todos) y liberal (participación colectiva). La función de control supervisa todo el proceso para detectar y corregir errores antes, durante y después de las actividades.
Dato clave: Un buen líder motiva y guía, mientras que un jefe simplemente ordena.