Economía Planificada: El Estado Controla Todo
Aquí el Estado es el jefe absoluto que posee todo y decide qué, cómo y para quién producir mediante planes centralizados. Imagínate que tu instituto decidiera no solo qué estudias, sino también qué comes, dónde vives y en qué trabajarás.
Los trabajadores son todos empleados públicos con salarios similares. No hay empresas privadas ni competencia. El objetivo es repartir todo de forma más o menos igualitaria entre la población.
Ventajas: Prácticamente no hay desempleo, todos tienen cubiertas sus necesidades básicas (comida, educación, sanidad) y las diferencias de renta son mínimas.
Inconvenientes fatales: Los planes fallan constantemente porque es imposible prever todo. Sin incentivos, nadie se esfuerza (¿para qué si vas a cobrar igual?). La burocracia se vuelve un monstruo lento e ineficaz.
Dato curioso: Este sistema fracasó en la práctica porque es demasiado complejo gestionar toda una economía desde un solo centro.