Los postulados de Bohr y la mecánica cuántica
Bohr fue el primero en aplicar la cuantización al átomo. Sus postulados son geniales: los electrones giran en órbitas estables sin emitir energía, solo ciertas órbitas son permitidas L=nh/2π, y cuando saltan entre órbitas emiten o absorben energía exacta ΔE=hν.
El modelo de Bohr explica perfectamente los espectros del hidrógeno. Demostró matemáticamente que el radio está cuantizado y dedujo la ecuación de Rydberg desde primeros principios. ¡Todo encajaba por fin!
Pero la cosa no acabó ahí. De Broglie propuso que toda la materia tiene carácter ondulatorio λ=h/mv, y Heisenberg demostró que no podemos medir con exactitud posición y velocidad simultáneamente Δx⋅Δp≥h/4π.
Schrödinger dio el salto definitivo con su ecuación de onda. Los electrones ya no son partículas en órbitas, sino ondas de probabilidad descritas por números cuánticos: n (energía), l (forma), mₗ (orientación) y mₛ (spin).
Recuerda: Un orbital es la región del espacio donde hay una alta probabilidad de encontrar un electrón, no una órbita fija como pensaba Bohr.