La morfología es básicamente el "detective" que investiga cómo están construidas las palabras por dentro. ¿Alguna vez te has preguntado por qué "feliz" se convierte en "infelicidad"?

Esta disciplina se encarga de cuatro tareas principales: segmentar las palabras en morfemas (las piezas más pequeñas con significado), clasificar estos morfemas, estudiar cómo se forman palabras nuevas mediante derivación y composición, y categorizar las palabras según su estructura.

El morfema es la estrella del show: es la unidad más pequeña que tiene significado propio. Pueden ser libres (como "ayer") o ligados $como "-dad" en "felicidad"$.

¡Ojo! La palabra es el punto de encuentro entre morfología y sintaxis: es lo más grande que estudia la morfología y lo más pequeño que analiza la sintaxis.

Para dividir una palabra correctamente, tienes dos estrategias súper útiles. La recurrencia te ayuda a identificar un morfema cuando aparece en varias palabras con el mismo significado $como "-eñ-" en brasileño, panameño, puertorriqueño$.

La sustitución funciona cuando puedes cambiar una parte por otra similar, como el "-o" de "niño" que se puede cambiar por "-a". Es como un juego de piezas intercambiables.

Pero cuidado con las trampas. Los alomorfos son variantes del mismo morfema $como "cuello" que se convierte en "coll-" en "collar"$. Los morfemas homónimos son secuencias idénticas con significados distintos.

Truco clave: Si encuentras la misma secuencia en palabras diferentes, asegúrate de que realmente tenga el mismo significado antes de considerarlo el mismo morfema.

En el mundo de los morfemas tienes dos grandes familias. Primero está la raíz o lexema, que es como el apellido de la familia: todas las palabras relacionadas lo comparten (luz, trasluz, lucir).

Los afijos son los complementos que se añaden a la raíz. Los flexivos solo dan información gramatical (género, número, tiempo) sin crear palabras nuevas. Los derivativos sí crean palabras nuevas y se dividen en prefijos (van delante) y sufijos (van detrás).

Los sufijos apreciativos expresan tamaño o cariño (diminutivos, aumentativos). Los no apreciativos cambian la categoría gramatical de la palabra original.

Dato curioso: Los prefijos casi nunca cambian la categoría gramatical de la palabra base, pero los sufijos sí lo hacen constantemente.

Los elementos compositivos son como invitados especiales del griego y latín que no pueden vivir solos en español. Necesitan compañía de otra raíz o morfema para formar palabras $como "geo-" en "geólogo"$.

A diferencia de las raíces normales, estos elementos no pueden formar palabras con solo añadir género o número. Pero a diferencia de los prefijos, dos elementos compositivos sí pueden unirse para crear una palabra completa.

Los interfijos son los mediadores de la familia: no aportan significado pero ayudan a unir partes de la palabra. Son como el pegamento invisible entre morfemas.

¡Paradoja lingüística! Los interfijos son "falsos morfemas" porque no tienen significado, pero siguen siendo necesarios para que las palabras suenen bien.

La derivación es el proceso más común para crear vocabulario nuevo: coges una palabra base y le añades un prefijo o sufijo. Es como vestir una palabra con diferentes complementos.

Una palabra puede pasar por varios procesos de derivación: feliz → felicidad → infelicidad. Cada paso añade un nuevo morfema y, a menudo, cambia la categoría gramatical.

Para analizar palabras derivadas, primero segméntalas en morfemas, luego clasifica cada uno y finalmente explica el proceso de formación paso a paso. Las palabras derivadas se clasifican según su origen: denominales (de sustantivos), deverbales (de verbos), deadjetivales (de adjetivos).

Consejo de experto: Los verbos conservan a veces su vocal temática cuando se derivan, como en "labrar → labrador".

La composición une dos o más bases léxicas para crear conceptos nuevos. Es como un matrimonio de palabras que da lugar a una nueva familia semántica.

Tienes dos tipos principales: compuestos propios donde todo se une en una palabra (pelirrojo), y compuestos sintagmáticos donde las palabras mantienen su independencia ortográfica pero forman un concepto único (viaje relámpago).

Para analizar compuestos, identifica las bases léxicas, determina sus categorías gramaticales y segmenta en morfemas. Recuerda que entre las raíces suele aparecer una vocal de enlace.

Dato interesante: Las palabras formadas por raíces cultas (geólogo) o por una raíz común y una culta (carnívoro) también se consideran compuestas.

La parasíntesis es el proceso más complejo: añade simultáneamente un prefijo y un sufijo a una base léxica. Es como vestir a alguien con chaqueta y pantalones al mismo tiempo.

La clave para reconocer una palabra parasintética es comprobar que no existe sin el prefijo. "Destrozar" es parasintética porque no existe "trozar", pero "revivir" no lo es porque sí existe "vivir".

El análisis sigue los mismos pasos que en composición: identificar bases, categorías gramaticales, segmentación y clasificación de morfemas.

Truco infalible: Si quitas el prefijo y la palabra no existe en español, probablemente estés ante una parasintética.

La semántica es la rama que estudia qué significan las palabras y cómo se relacionan esos significados. No solo se ocupa de los significados literales, sino también de los usos figurados como metáforas y metonimias.

Cada palabra tiene tres dimensiones: el significante (cómo suena o se escribe), el significado (la idea mental) y la referencia (el objeto real del mundo). Es como un triángulo perfecto donde cada vértice es esencial.

El significado tiene dos niveles: la denotación (significado objetivo y constante) y la connotación (significados figurados o valorativos añadidos). Una misma palabra puede tener múltiples significados según el contexto.

Reflexiona: Una rosa denota una flor, pero puede connotar amor, belleza o delicadeza según la situación.

Los sinónimos son palabras con el mismo significado que resultan intercambiables. Pueden ser absolutos (intercambiables siempre) o parciales (solo en algunas acepciones). Los antónimos expresan significados opuestos y se dividen en contrarios (con gradación) y complementarios (sin gradación posible).

El campo semántico agrupa palabras de la misma categoría gramatical que comparten un rasgo de significado. Incluye hipónimos (términos específicos) e hiperónimos (término general). El campo asociativo es más amplio: incluye palabras de diferentes categorías relacionadas por algún rasgo semántico.

La homonimia ocurre cuando palabras diferentes comparten el mismo significante. La polisemia se da cuando una palabra tiene varios significados relacionados.

Diferencia clave: En homonimia son palabras distintas que suenan igual; en polisemia es una sola palabra con múltiples significados.