Las propiedades textuales en lengua y literatura son elementos fundamentales que dan coherencia y sentido a cualquier texto escrito u oral. Estas propiedades incluyen la cohesión, que conecta las diferentes partes del texto; la coherencia, que asegura que las ideas tengan sentido lógico; y la adecuación, que adapta el mensaje al contexto comunicativo.
Las funciones del lenguaje y adecuación textual trabajan en conjunto para lograr una comunicación efectiva. La función referencial transmite información objetiva, la función expresiva comunica emociones y sentimientos, la función apelativa busca influir en el receptor, la función fática mantiene el canal de comunicación, la función metalingüística explica el código, y la función poética se centra en la forma del mensaje. La adecuación textual requiere adaptar el registro lingüístico según la situación comunicativa, considerando el nivel de formalidad, el contexto social y cultural, y las características del receptor.
La intención comunicativa y clasificación de textos determina cómo organizamos y presentamos la información. Los textos pueden ser narrativos cuando cuentan historias, descriptivos cuando detallan características, argumentativos cuando defienden ideas, expositivos cuando explican información, o dialogados cuando reproducen conversaciones. Cada tipo textual tiene sus propias características estructurales y lingüísticas que se adaptan a su propósito comunicativo específico. Es fundamental comprender que un mismo texto puede combinar diferentes tipologías según su intención comunicativa principal y que la elección del tipo textual debe estar alineada con el propósito del mensaje y las necesidades del receptor.