Acción y estructura de la narración
Toda buena historia tiene una estructura interna que funciona como una montaña rusa emocional. Primero tienes el planteamiento, donde todo está tranquilo y se presenta la situación inicial. Aquí predominan las descripciones y verbos en pretérito imperfecto ("era", "había").
Luego viene el nudo, la parte más emocionante donde surge el conflicto principal. Aquí la acción se acelera con verbos en pretérito perfecto simple ("llegó", "gritó") y suele haber muchos diálogos.
Finalmente está el desenlace, donde se resuelve todo. El final puede ser predecible, sorprendente o incluso abierto (dejándote con ganas de más).
💡 Dato curioso: La estructura externa (capítulos y partes) no siempre coincide con la interna. ¡Algunos autores juegan con esto para sorprenderte!