Los elementos básicos de la comunicación
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando envías un WhatsApp a tu mejor amigo? En realidad, estás usando un sistema súper complejo que tiene seis partes fundamentales.
El emisor eres tú, quien envía el mensaje con una intención clara (puede ser informar, convencer o simplemente hacer reír). El receptor es tu amigo, quien debe entender tanto el mensaje como tu intención para que la comunicación funcione de verdad.
El mensaje es la información que transmites, mientras que el código son las reglas que ambos conocéis (el idioma, los emojis, las abreviaciones). El canal es el medio que usas: puede ser natural como el aire cuando hablas, o artificial como WhatsApp, Instagram o TikTok.
¡Ojo! La situación incluye todo lo que rodea vuestra conversación: dónde estáis, qué hora es, y incluso los mensajes anteriores. Esto determina si escribes "hola, ¿qué tal?" o "¡eyyy, ¿cómo andamos?!"
Las seis funciones del lenguaje que usas a diario
Tu cerebro es una máquina de comunicar, y sin darte cuenta usas el lenguaje con diferentes intenciones según lo que necesites en cada momento.
La función referencial la usas cuando das información objetiva: "El examen es el viernes". Con la función expresiva muestras tus emociones: "¡Ojalá apruebe mates!" La función apelativa aparece cuando quieres que alguien haga algo: "Pásame los apuntes, porfa".
¿Conoces esas conversaciones que empiezan con "¿me oyes bien?"? Esa es la función fática, que sirve para comprobar que la comunicación funciona. La función metalingüística explica el propio lenguaje ("esa palabra se escribe con 'h'"), y la función poética juega con las palabras para que suenen bien, como en los anuncios o las canciones.