Los aminoácidos son las unidades fundamentales que componen las proteínas y tienen una estructura básica que consiste en un carbono central (carbono alfa) unido a un grupo amino (-NH2), un grupo carboxilo (-COOH), un átomo de hidrógeno y una cadena lateral específica (grupo R).
Los aminoácidos se pueden clasificar de diferentes maneras según sus características. Una clasificación importante es la distinción entre aminoácidos esenciales y no esenciales. Los aminoácidos esenciales son aquellos que el cuerpo humano no puede sintetizar por sí mismo y deben obtenerse a través de la dieta, como la lisina, leucina, isoleucina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Los no esenciales pueden ser producidos por el organismo.
Según la naturaleza química de su cadena lateral, los aminoácidos se clasifican en varios grupos: aminoácidos apolares (como glicina, alanina, valina), que son hidrofóbicos; aminoácidos polares sin carga (como serina, treonina, cisteína), que pueden formar puentes de hidrógeno; aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina, triptófano), que contienen anillos aromáticos; y aminoácidos cargados (como lisina, arginina, ácido aspártico). Una propiedad importante es su carácter anfótero, que les permite actuar como ácidos o bases según el pH del medio, formando estructuras llamadas zwitterion. El punto isoeléctrico es el pH específico en el que el aminoácido tiene una carga neta igual a cero. Los aminoácidos se unen entre sí mediante enlaces peptídicos, que se forman entre el grupo carboxilo de un aminoácido y el grupo amino de otro, liberando una molécula de agua en el proceso.