El Carbono: El Rey de las Biomoléculas
El carbono es literalmente el protagonista de la vida. Su tetravalencia (4 electrones de valencia) le permite formar cuatro enlaces covalentes, creando estructuras increíblemente complejas y variadas.
Lo más genial del carbono es que puede unirse consigo mismo formando cadenas larguísimas. Además, al ser un átomo pequeño, forma enlaces dobles con oxígeno (essential para los glúcidos) y triples con nitrógeno (clave en las proteínas).
Las biomoléculas se clasifican en dos grandes grupos: inorgánicas (agua, CO₂, sales) y orgánicas. Las orgánicas incluyen los glúcidos, lípidos, prótidos y ácidos nucleicos - todas con esqueleto de carbono.
El agua, aunque inorgánica, es dipolar y tiene propiedades únicas: poder disolvente brutal, alta tensión superficial, capilaridad y calor específico elevado que la hacen perfecta para la vida.
💡 Recuerda: Todas las macromoléculas orgánicas tienen un esqueleto de carbono unido por enlaces covalentes.