Los elementos químicos fundamentales son esenciales para la vida en nuestro planeta. Los bioelementos primarios y secundarios en biología constituyen la base de todas las moléculas orgánicas y procesos vitales.
Los bioelementos primarios (C, H, O, N, P y S) forman el 96% de la materia viva, siendo indispensables para la formación de proteínas, ácidos nucleicos, carbohidratos y lípidos. El carbono es especialmente importante por su capacidad de formar cuatro enlaces covalentes, permitiendo la creación de largas cadenas moleculares. El hidrógeno y oxígeno son fundamentales en la estructura molecular del agua en bioquímica, la cual actúa como solvente universal y medio donde ocurren las reacciones metabólicas. El nitrógeno es esencial para la formación de aminoácidos y bases nitrogenadas, mientras que el fósforo participa en el almacenamiento de energía y el azufre en la estructura de algunas proteínas.
Los bioelementos secundarios (Ca, Na, K, Mg, Cl) y la importancia de los oligoelementos en organismos vivos no debe subestimarse, aunque se necesiten en menor cantidad. El calcio es crucial para la formación de huesos y dientes, además de participar en la contracción muscular. El sodio y potasio son fundamentales para la transmisión del impulso nervioso y el equilibrio hídrico. El magnesio es componente esencial de la clorofila y participa en numerosas reacciones enzimáticas. Los oligoelementos como el hierro, zinc, cobre y manganeso, aunque presentes en cantidades mínimas, son vitales para funciones específicas como el transporte de oxígeno, la formación de enzimas y el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. La deficiencia de cualquiera de estos elementos puede causar graves alteraciones en el organismo, destacando la importancia de mantener una dieta equilibrada que asegure su adecuado aporte.