Los procesos gravitacionales y sus riesgos
La gravedad nunca descansa, y cuando las fuerzas que mantienen unida una ladera se debilitan, ¡la cosa se pone seria! Los procesos gravitacionales son movimientos descendentes que pueden ser devastadores.
Un fallo de ladera ocurre cuando la gravedad supera la resistencia de los materiales. Los desencadenantes más comunes son el agua (actúa como lubricante), los terremotos, la erosión en la base de la ladera o la eliminación de vegetación protectora.
Existen tres tipos básicos: desprendimientos (caída libre desde laderas verticales), deslizamientos (movimiento sobre superficies de rotura) y flujos (los materiales se comportan como un fluido viscoso). La reptación es un proceso más lento pero constante.
Para prevenir estos riesgos se usan mallas protectoras, bulones de anclaje, revegetación de taludes, sistemas de drenaje y muros de contención. La clave está en la prevención y el estudio previo del terreno.
Importante: Nunca subestimes una ladera inestable. Las señales de alarma incluyen grietas en el terreno, árboles inclinados y pequeños desprendimientos frecuentes.