La comprensión del origen de la vida en la tierra y la evolución de la vida representa uno de los mayores desafíos científicos de la humanidad.
El estudio del origen de la vida se remonta a miles de años de investigación científica. Los primeros organismos microscópicos aparecieron hace aproximadamente 3.500 millones de años en los océanos primitivos de la Tierra. Estas formas de vida unicelulares evolucionaron gradualmente hacia organismos más complejos a través de un proceso conocido como evolución biológica. La teoría de la evolución propuesta por Charles Darwin en 1859 explica cómo las especies cambian con el tiempo mediante la selección natural, donde los organismos mejor adaptados a su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse.
La teoría sintética de la evolución moderna combina los principios de Darwin con los descubrimientos de la genética molecular y otras disciplinas científicas. Esta teoría unificada explica cómo las mutaciones aleatorias en el ADN, junto con la selección natural, impulsan el proceso evolutivo. Las teorías del origen de la vida más aceptadas actualmente incluyen la hipótesis de la sopa primordial, que sugiere que las primeras moléculas orgánicas se formaron en los océanos primitivos a partir de elementos químicos simples, y la teoría del mundo ARN, que propone que las primeras moléculas autorreplicantes fueron de ARN. La evolución de la vida en la tierra ha sido un proceso continuo que ha dado lugar a la extraordinaria biodiversidad que observamos hoy, incluyendo la aparición de la especie humana hace aproximadamente 300.000 años. Los científicos continúan investigando los detalles específicos del origen de la vida humana y los mecanismos exactos que llevaron a la aparición de la vida en nuestro planeta.