La Salud y las Enfermedades
Tu salud no es solo la ausencia de enfermedades. Es un estado de completo bienestar físico, mental y social que te permite disfrutar de la vida al máximo.
Existen diferentes factores de riesgo que pueden dañar tu salud. Los conductuales dependen de ti (como fumar), los biológicos vienen de tu herencia genética, y los ambientales son externos (como la contaminación).
Cuando algo va mal, aparece la enfermedad: alguna parte de tu organismo se altera y no funciona correctamente. Los síntomas son lo que solo tú sientes (dolor, mareo), mientras que los signos se pueden ver desde fuera (fiebre, mocos).
¡Importante! Distinguir entre síntomas y signos te ayuda a explicar mejor al médico qué te pasa.
Enfermedades Infecciosas y su Contagio
Las enfermedades infecciosas son causadas por diferentes microorganismos. Los virus causan COVID y varicela (se tratan con antivirales), las bacterias provocan tuberculosis y tétanos (se curan con antibióticos).
El contagio puede ser directo (contacto físico con la persona enferma) o indirecto (a través de agua, alimentos o animales infectados). Por eso es tan importante lavarse las manos frecuentemente.
Toda enfermedad pasa por tres fases: incubación (entran los patógenos), desarrollo (la enfermedad avanza y necesitas atención médica) y convalecencia (te recuperas hasta volver a tu estado normal).
Dato curioso: Durante la incubación ya puedes contagiar, aunque no tengas síntomas evidentes.
El Sistema Inmunitario: Tu Defensa Personal
Tu sistema inmunitario es como un ejército que protege tu cuerpo. Tiene defensas externas (tu piel y mucosas) que actúan como murallas impidiendo que entren los patógenos.
Cuando fallan las defensas externas, entran en acción las defensas internas. Los fagocitos (especialmente los macrófagos) se comen literalmente a los invasores mediante fagocitosis.
La defensa más sofisticada la realizan los linfocitos, que crean anticuerpos específicos contra cada patógeno. Lo genial es que guardan memoria inmunitaria, por eso no sueles pillar la misma enfermedad dos veces.
¡Increíble! Tu cuerpo puede recordar patógenos durante años y reaccionar súper rápido si vuelven a aparecer.
Inmunidad y Trasplantes
Puedes conseguir inmunidad activa pasando la enfermedad o con vacunas (tu cuerpo fabrica anticuerpos y dura mucho tiempo). La inmunidad pasiva es cuando te inyectan anticuerpos ya hechos (como el suero): es curativa pero temporal.
Los trasplantes sustituyen órganos enfermos por sanos. Pueden ser de tu propio cuerpo (autotrasplante), de gemelos (isotrasplante) o de otra persona (alotrasplante). Los xenotrasplantes (de animales) están prohibidos.
El mayor problema es el rechazo: tu sistema inmunitario ataca el órgano trasplantado porque lo ve como invasor. Por eso es crucial encontrar la máxima compatibilidad posible.
Reflexión: Donar órganos puede salvar hasta 8 vidas. ¿Has hablado con tu familia sobre este tema?