El aparato reproductor masculino está compuesto por varias partes, cada una con funciones específicas. El testículo es el encargado de la producción de gametos masculinos en los conductos seminíferos, así como de la producción de hormonas masculinas. Estos se alojan fuera del abdomen en el escroto. El epidídimo es un conducto engrosado que se encuentra junto a cada testículo, y en él los espermatozoides recién formados maduran. El conducto deferente es un conducto largo que parte del epidídimo y permite el transporte de los espermatozoides hasta el exterior del cuerpo. Las vesículas seminales y la próstata son glándulas que producen sustancias nutritivas y líquido prostático para proteger a los espermatozoides. Finalmente, el pene es el órgano copulador que permite la eyaculación.
El aparato reproductor femenino también está compuesto por diferentes partes con funciones específicas. Los ovarios son responsables de la producción y maduración de óvulos, así como de la producción de hormonas sexuales. Las trompas de Falopio son conductos cortos que conectan los ovarios y el útero, transportando el óvulo maduro gracias a sus cilias. El útero es un órgano tubular más ancho por arriba que por abajo, cuyas paredes sufren cambios cíclicos que componen el ciclo uterino. Y la vagina es un conducto estrecho y musculoso que conecta el útero con el exterior mediante el orificio vaginal.
La espermatogénesis es el proceso de formación de los gametos masculinos y ocurre en los túbulos seminíferos de los testículos. Se realiza por medio de divisiones celulares y meiosis, requiriendo una temperatura de 3 °C por debajo de la temperatura corporal. Durante una eyaculación se liberan millones de espermatozoides, pero solo uno de ellos fecundará el óvulo en la fecundación, que es la unión de las células sexuales para producir una nueva célula, conocida como cigoto.
El embarazo se divide en tres trimestres, durante los cuales se forman la placenta, la bolsa amniótica y el cordón umbilical, así como los órganos del feto. El parto, por su parte, es la salida al exterior del feto acompañado de todas las estructuras creadas por el embrión dentro del útero de la madre. Se compone de varias fases, incluyendo la rotura de la membrana amniótica, el alumbramiento, las contracciones uterinas y la expulsión del feto. Cada una de estas fases tiene sus propias características y marca el inicio del proceso de parto.
