La herencia genética según Mendel revolucionó nuestra comprensión de cómo se transmiten los rasgos de padres a hijos. A través de sus meticulosos experimentos de polinización cruzada, Mendel estudió siete características diferentes en las plantas de guisantes, incluyendo el color de las flores, la forma de las semillas y la altura de las plantas.
Durante años de investigación paciente, Mendel cultivó y observó más de 28,000 plantas de guisantes. Sus experimentos de polinización cruzada Mendel demostraron que los rasgos se heredan siguiendo patrones específicos y predecibles. Descubrió que cada característica está controlada por dos factores (que ahora llamamos genes), uno heredado de cada progenitor. Las hipótesis de Mendel sobre caracteres hereditarios establecieron que algunos rasgos son dominantes y otros recesivos, y que estos factores hereditarios se segregan durante la formación de gametos y se combinan al azar durante la fertilización.
Sus descubrimientos fundamentales establecieron las bases de la genética moderna. Mendel demostró que la herencia no es una simple mezcla de características parentales, sino que sigue leyes matemáticas precisas. Sus leyes de la herencia incluyen la ley de la segregación, donde los alelos se separan durante la formación de gametos, y la ley de la distribución independiente, que establece que diferentes rasgos se heredan de forma independiente. Aunque sus descubrimientos no fueron reconocidos durante su vida, el trabajo de Mendel eventualmente revolucionó nuestra comprensión de la herencia y sentó las bases para el desarrollo de la genética moderna, influyendo en campos desde la medicina hasta la agricultura.