Cómo clasificamos la vida: sistemática y taxonomía
Organizar millones de especies no es tarea fácil. La sistemática usa dos enfoques: el análisis morfológico (comparar formas y estructuras) y el análisis molecular (comparar ADN y proteínas). Esto ha creado dos corrientes principales de clasificación.
La sistemática evolutiva se basa en similitudes morfológicas, mientras que la sistemática cladística busca grupos estrictamente basados en parentesco molecular. Los cladistas solo aceptan grupos monofiléticos, que incluyen a todos los descendientes de un ancestro común.
Los árboles filogenéticos representan estas relaciones. Los filogramas de la sistemática evolutiva pueden mostrar grupos como "reptiles" que en realidad no incluyen todos sus descendientes (porque las aves se clasifican aparte). Los cladogramas son más estrictos y agruparían aves y cocodrilos juntos.
La taxonomía organiza todo en una jerarquía clara: dominio, reino, filo, clase, orden, familia, género y especie. La nomenclatura binomial da a cada especie un nombre en latín de dos partes: género + nombre específico.
💡 Truco para recordar: Los taxones van de más general (dominio) a más específico (especie). Es como tu dirección: país, provincia, ciudad, calle, número.