La evolución por selección natural
Toda la biodiversidad actual es resultado de la evolución biológica, y la selección natural es su mecanismo más importante. La idea central es simple: los descendientes no son copias exactas de sus padres.
Las mutaciones son la principal fuente de variación genética. Pueden ser cambios de un nucleótido, alteraciones en fragmentos de ADN, o cambios en el número de cromosomas. Las causas incluyen radiaciones, agentes químicos o errores en la replicación.
Aquí viene lo interesante: si una mutación aporta beneficios y mejora la reproducción, se transmite a la descendencia. Si es perjudicial, desaparece. Este "filtro" es la selección natural.
La unidad básica de evolución es la población, no los individuos. En organismos con reproducción sexual, la recombinación genética durante la meiosis reordena las variantes genéticas existentes, creando nuevas combinaciones sin generar alelos nuevos.
💡 Dato clave: Los individuos no evolucionan solos; evolucionan las poblaciones a lo largo de generaciones.
La selección natural actúa sobre el fenotipo (las características visibles), que está determinado por los alelos (variantes de los genes).