¿De qué está formado el universo?
Imagínate el universo como una gigantesca ciudad llena de edificios: las galaxias son esos edificios enormes donde viven billones de estrellas, planetas y nebulosas. Todo se mantiene unido gracias a la gravedad, como si fuera un pegamento invisible súper potente.
Edwin Hubble fue el científico que nos demostró que existen miles de millones de galaxias similares a la nuestra, la Vía Láctea. Es como descubrir que tu barrio no es el único que existe, sino que hay ciudades enteras por todas partes.
Las galaxias no están solas flotando por ahí: se agrupan en cúmulos y supercúmulos de miles de galaxias. Hubble las clasificó según su forma en cuatro tipos: elípticas, espirales, espirales barradas e irregulares.
Nuestra galaxia es una espiral barrada, y nuestro Sol está a unos 30.000 años luz del centro galáctico. Es como vivir en los suburbios de una ciudad galáctica gigantesca.
¡Dato curioso! Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año: ¡unos 9,5 billones de kilómetros!
El Big Bang: el momento que cambió todo
Hubble hizo otro descubrimiento alucinante: las galaxias se alejan unas de otras a gran velocidad. Esto significa que en el pasado estaban mucho más cerca, como si fuera una película en reversa donde todo se junta.
Esta observación llevó a la teoría del Big Bang, que se confirmó en 1965 cuando se descubrió la radiación cósmica de fondo. Es como encontrar las huellas de una explosión que ocurrió hace muchísimo tiempo.
Según esta teoría, el universo se originó hace unos 13.800 millones de años con una explosión súbita llamada Big Bang. Al principio, todo el universo ocupaba un espacio minúsculo pero con una densidad y temperatura enormes, y solo existía energía pura.
Después de esta explosión cósmica, se formó la materia y el universo ha seguido expandiéndose hasta hoy. Con el tiempo, la temperatura y densidad han disminuido, pero han aparecido elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, los ingredientes básicos para formar planetas y... ¡nosotros!
¡Increíble pero cierto! Los átomos de tu cuerpo se formaron en el interior de estrellas que explotaron hace millones de años. ¡Literalmente estás hecho de polvo de estrellas!