El ciclo geológico
El ciclo geológico es el conjunto de procesos que constantemente transforman la superficie terrestre y crean diferentes tipos de rocas. Este ciclo incluye tanto procesos internos como externos, trabajando en un equilibrio dinámico.
Los procesos internos están impulsados por la energía del interior de la Tierra y son responsables del metamorfismo (transformación de rocas por presión y temperatura), magmatismo (generación y movimiento del magma) y orogénesis (formación de montañas). Estos procesos construyen nuevos relieves en zonas como dorsales oceánicas, zonas de colisión continental o erupciones volcánicas.
Los procesos externos, impulsados por la gravedad y fenómenos atmosféricos, causan la gliptogénesis o desgaste de la superficie terrestre. Incluyen la erosión, transporte y sedimentación de materiales, nivelando gradualmente los relieves creados por los procesos internos.
En el ciclo de las rocas, el magma del manto puede solidificarse en el interior (formando rocas plutónicas) o erupcionar al exterior (creando rocas volcánicas). Estas rocas, expuestas a la superficie, sufren meteorización y sus fragmentos son transportados y depositados en zonas bajas. Con el tiempo, estos sedimentos se compactan y cementan mediante diagénesis para formar rocas sedimentarias. Cuando cualquiera de estas rocas se somete a intensas presiones y temperaturas, se transforman en rocas metamórficas.
🔄 Recuerda: ¡Ninguna roca es para siempre! Una roca ígnea de hoy puede convertirse en una sedimentaria mañana y en metamórfica después. El ciclo geológico no tiene principio ni fin.