Oligoelementos: Pequeños pero poderosos
Los oligoelementos son como las especias en la cocina - hay muy poquito (menos del 0,1%), pero sin ellos nada sabe igual. Se dividen en esenciales (están en todos los seres vivos) y no esenciales (solo en algunos).
Entre los esenciales destacan el hierro (súper importante para transportar oxígeno en tu sangre), el cinc (ayuda a muchas enzimas) y el cobalto (forma parte de la vitamina B12). Los no esenciales incluyen el flúor (protege tus dientes), el yodo (regula tu metabolismo) y el silicio (forma caparazones en microorganismos).
Para formar las biomoléculas, estos elementos se unen mediante enlaces químicos. Las biomoléculas pueden ser inorgánicas (agua, sales minerales) o orgánicas (proteínas, ADN, etc.).
Los enlaces se clasifican en intramoleculares (dentro de la molécula, como el covalente) e intermoleculares (entre moléculas diferentes, como los puentes de hidrógeno). Estos últimos son más débiles pero determinan las propiedades físicas de las sustancias.
💡 Para recordar: Los oligoelementos son pocos pero imprescindibles - como el yodo que necesitas para que tu tiroides funcione bien.