La estructura tridimensional del ADN
El ADN no es solo una escalera de caracol cualquiera: es una hélice dextrógira que gira a favor de las agujas del reloj, con exactamente 10 pares de bases por vuelta. Las dos hebras son antiparalelas (van en direcciones opuestas) y complementarias (cada base tiene su pareja perfecta).
Para que todo ese ADN quepa en una célula microscópica, necesita un sistema de empaquetamiento súper eficiente. En procariotas es simple: un cromosoma circular en el nucleoide. Pero en eucariotas es más complejo: primero se enrolla en nucleosomas (como cuentas de collar), luego estos se empaquetan en solenoides, y finalmente forman cromosomas.
El ADN puede desnaturalizarse (separar sus hebras) con calor o pH extremos, rompiendo los puentes de hidrógeno. Lo increíble es que puede renaturalizarse cuando las condiciones vuelven a ser normales, porque las hebras complementarias se reconocen y se vuelven a unir.
🔬 Para el examen: Recuerda que la fibra de 700 nm aparece en interfase, mientras que los cromosomas compactos se ven en metafase.
ARN: el mensajero versátil
El ARN es el hermano pequeño y más activo del ADN. Mientras que el ADN se queda en el núcleo guardando información, el ARN sale al citoplasma a trabajar. Es monocatenario (una sola hebra) pero puede formar horquillas y bucles que le dan funcionalidades especiales.
Existen varios tipos con trabajos específicos: ARNm copia el mensaje del ADN y lo lleva a los ribosomas, ARNr forma parte de los ribosomas y ayuda a sintetizar proteínas, ARNt transporta aminoácidos para construir proteínas, y ARNn es el precursor que se fragmenta para formar otros tipos.
Lo más sorprendente son las ribozimas: moléculas de ARN que funcionan como enzimas, demostrando que el ARN no solo transporta información, sino que también puede catalizar reacciones químicas.
🧬 Concepto clave: El ARN usa uracilo (U) en lugar de timina (T), así que A se empareja con U en la transcripción.