Arte Bizantino: Santa Sofía de Constantinopla
Imagínate estar en Constantinopla en el siglo VI y ver cómo se construye una de las iglesias más impresionantes de la historia. Santa Sofía es la joya del arte bizantino, creada por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto usando ladrillo, mármol y mosaicos que brillan por toda la iglesia.
Lo más genial de esta iglesia es cómo mezcla dos tradiciones: la grecolatina (con su planta basilical y grandiosidad) y la oriental (con ese espacio centralizado cubierto por una cúpula). La planta combina basilical y centralizada - entras por el nártex a tres naves como en las basílicas paleocristianas, pero el centro se cubre con una cúpula enorme.
El truco técnico más importante son las pechinas - esos triángulos que permiten poner una cúpula redonda sobre una base cuadrada. La cúpula se apoya en 4 pilares, 4 arcos de medio punto y estas 4 pechinas, y para aguantar todo ese peso, pusieron dos semicúpulas a los lados.
Dato clave: La cúpula tiene un simbolismo brutal - representa el cielo y el universo, mientras que la sala de oración es la Tierra. Las ventanas del tambor iluminan todo el interior y hacen que los mosaicos brillen como si fuera oro.