Contexto histórico y arquitectura paleocristiana
El arte paleocristiano se divide claramente en dos etapas. Antes del 313 d.C., cuando el cristianismo era una religión prohibida y perseguida, el arte era pobre, simbólico y sencillo. Después del Edicto de Milán (313 d.C.), se permitió el culto cristiano y el arte comenzó a ensalzar el poder de la Iglesia.
La arquitectura paleocristiana tomó como modelo la romana, desarrollando tres tipos principales de edificios. Las domus eclesiae eran pequeñas capillas dentro de casas particulares. Las catacumbas, galerías subterráneas, servían tanto para el culto como para enterrar a los cristianos fallecidos, decorándose con pinturas murales de temas bíblicos.
Las basílicas paleocristianas fueron las primeras iglesias propiamente dichas. Presentaban planta basilical con 3 o 5 naves (siendo la central más ancha), separadas por columnas. Sus partes incluían el atrio (patio), el nártex (zona para no bautizados) y el lugar de oración con el altar al final del ábside. El alzado tenía tres alturas: separación de naves, tribuna con arquerías y claristorio con ventanales. La cubierta era de madera, adintelada en el interior y a dos aguas en el exterior.
⚠️ ¡Recuerda! La transformación del arte paleocristiano refleja perfectamente el cambio de estatus del cristianismo: de religión perseguida a oficial. Esta evolución la verás reflejada en todos los aspectos artísticos.