Arte califal: La Mezquita de Córdoba (parte 1)
El arte califal representa la época dorada del arte hispanomusulmán, especialmente durante la dinastía omeya desde 756 hasta 929. Córdoba se convirtió en la capital de al-Ándalus y uno de los centros culturales más importantes de su época.
Los califales tenían su propio estilo inconfundible. Usaban dobles arquerías superpuestas (como los antiguos acueductos romanos) con dovelas de colores alternos que recuerdan al acueducto de los Milagros de Mérida. El arco de herradura era herencia visigoda, pero ellos añadieron innovaciones como las bóvedas nervadas y el alfiz.
La Mezquita de Córdoba comenzó siendo un proyecto de Abderramán I, pero creció tanto que cada califa tuvo que ampliarla. Abderramán II añadió 8 tramos, Al-Hakem II otros 12 más el mihrab actual, y finalmente Almanzor agregó 8 naves hacia el este porque ya no cabía más hacia el sur por culpa del Guadalquivir.
La estructura básica incluye el sahn (patio con fuente para abluciones), el haram (sala de oración), el mihrab (nicho que indica la dirección de La Meca) y la maqsura (espacio reservado para el califa).