Arte, historia y polémica actual
El programa escultórico del Partenón era impresionante: los frontones mostraban el nacimiento de Atenea y su disputa con Poseidón, mientras que las metopas representaban batallas míticas. Lo más especial era el friso de las Panateneas: 160 metros de relieve mostrando la procesión religiosa más importante de Atenas.
La historia posterior del Partenón es trágica: se convirtió en iglesia bizantina, luego en mezquita turca, y finalmente en polvorín. En 1687, una bomba veneciana lo destrozó parcialmente cuando explotó la pólvora que guardaban los turcos.
El golpe final vino a principios del siglo XIX: Lord Elgin robó la mayoría de las esculturas y se las llevó a Londres. Hoy están en el Museo Británico, mientras Grecia sigue reclamando su devolución en una batalla legal que continúa.
A pesar de todo, el Partenón sigue siendo el símbolo perfecto del clasicismo griego: armonía, proporción y equilibrio convertidos en piedra. Su influencia se ve en edificios de todo el mundo, desde el Capitolio de Washington hasta el Museo del Prado.
💡 Reflexión actual: El debate sobre los "mármoles de Elgin" nos hace reflexionar sobre quién debe custodiar el patrimonio cultural de la humanidad.