El Antiguo Régimen: Un Sistema Condenado al Fracaso
Antes de las revoluciones, Europa vivía bajo el Antiguo Régimen, un sistema político, social y económico que los revolucionarios franceses quisieron destruir completamente.
Políticamente dominaba el absolutismo. El rey tenía poder ilimitado porque creía que venía de Dios (derecho divino). Luis XIV fue el modelo perfecto: controlaba los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y solo convocaba los Estados Generales cuando necesitaba dinero.
La sociedad se dividía en tres estamentos rígidos. El clero (primer estamento) rezaba, la nobleza (segundo) luchaba, y los comunes (tercero) trabajaban para mantener a todos. Los dos primeros no pagaban impuestos y tenían privilegios, mientras el tercero cargaba con todo el peso económico.
La economía era principalmente rural y agrícola (más del 80%). Los gremios controlaban la artesanía y el mercantilismo limitaba el comercio internacional. Este sistema era totalmente injusto e ineficiente, lo que explica por qué las revoluciones fueron tan violentas y definitivas.
Piensa en esto: El Antiguo Régimen sobrevivió siglos, pero las nuevas ideas liberales lo destruyeron en pocas décadas.