Tejidos Parenquimáticos: Los Fundamentales
Los parénquimas son los tejidos más abundantes en las plantas. Se sitúan entre los demás tejidos, rellenan espacios y realizan diversas funciones vitales para la planta según su especialización.
El parénquima clorofílico contiene abundantes cloroplastos y es donde se realiza la fotosíntesis. Se localiza principalmente en las hojas, donde forma dos capas diferenciadas: el parénquima en empalizada (células alargadas y ordenadas) y el parénquima lagunar (células irregulares con espacios para el intercambio gaseoso).
El parénquima de reserva almacena sustancias nutritivas, especialmente almidón. Este tejido es abundante en estructuras como tubérculos, raíces napiformes y semillas, permitiendo a la planta mantener reservas para periodos desfavorables.
El parénquima acuífero está especializado en almacenar agua en grandes vacuolas. Es característico de plantas adaptadas a climas secos, como los cactus, donde esta capacidad les permite sobrevivir largos periodos de sequía.
El parénquima aerífero forma tabiques que crean grandes espacios intercelulares donde se acumula aire. Este tejido es típico en plantas de ambientes acuáticos, facilitando la flotación y el intercambio de gases en suelos saturados de agua.
💡 La especialización de los distintos tipos de parénquima demuestra la adaptación evolutiva de las plantas a diferentes condiciones ambientales, desde desiertos hasta pantanos.