Homeostasis y Desequilibrios
La homeostasis es la capacidad del cuerpo para mantener un medio interno estable, a pesar de los cambios en el entorno. Funciona mediante un equilibrio dinámico entre el medio extracelular (fluido intersticial y plasma) y el medio intracelular, utilizando mecanismos de retroalimentación.
El control homeostático se realiza a través del sistema nervioso (rápido, mediante impulsos nerviosos) y el sistema endocrino (lento, mediante hormonas). Este control sigue un patrón: un receptor detecta cambios y envía señales, un centro de control evalúa la información y elabora una respuesta, y un efector produce el efecto necesario para restaurar el equilibrio.
La retroalimentación negativa es el mecanismo más común y actúa en contra del estímulo inicial. Por ejemplo, cuando la temperatura corporal aumenta por encima de 37°C, las glándulas sudoríparas producen sudor para enfriarnos. En contraste, la retroalimentación positiva amplifica el estímulo inicial, como ocurre durante el parto, cuando la oxitocina estimula contracciones cada vez más intensas hasta la expulsión del bebé.
Los desequilibrios homeostáticos pueden manifestarse como trastornos (anormalidades sin causa específica) o dolencias (enfermedades con causas conocidas), que se identifican mediante signos objetivos y síntomas subjetivos.
🚨 Atención: Mientras que la retroalimentación negativa mantiene el equilibrio, la positiva puede ser peligrosa si no se detiene, ¡pero es vital en procesos como el parto o la coagulación sanguínea!