El modernismo finales del siglo XIX y principios del XX representa uno de los movimientos literarios más importantes en la literatura hispánica, caracterizado por una renovación estética y lingüística sin precedentes.
El movimiento modernista surgió como una respuesta artística a los cambios sociales y culturales de la época. Las características del lenguaje modernista en España e Hispanoamérica incluyen un refinamiento en la expresión poética, el uso de metáforas elaboradas, y una búsqueda constante de la belleza a través de imágenes sensoriales. Los escritores modernistas incorporaron elementos exóticos, referencias mitológicas y un vocabulario preciosista que reflejaba su deseo de crear un lenguaje artístico elevado. La musicalidad del verso y el uso de formas métricas innovadoras fueron fundamentales en la creación de obras que buscaban la perfección formal.
Las influencias del simbolismo y decadente en el modernismo literario se manifestaron en la adopción de temas como el escapismo, la melancolía y la exploración de estados de ánimo complejos. Los escritores modernistas, inspirados por el simbolismo francés, desarrollaron un estilo que privilegiaba la sugerencia sobre la descripción directa, creando atmósferas evocadoras y misteriosas. El movimiento también se caracterizó por su cosmopolitismo, incorporando influencias culturales de Europa y Oriente, mientras mantenía un profundo interés por las raíces americanas. Esta fusión de elementos internacionales y locales creó una expresión literaria única que transformó permanentemente el panorama de las letras hispánicas.