La memoria ROM y los chipsets son componentes fundamentales en el funcionamiento de los sistemas informáticos modernos.
El funcionamiento de la memoria ROM se basa en almacenar de forma permanente instrucciones y datos que son esenciales para que el ordenador pueda arrancar y funcionar correctamente. A diferencia de la memoria RAM, la ROM mantiene su contenido incluso cuando se apaga el equipo. Esta memoria contiene el BIOS (Basic Input/Output System) que realiza las comprobaciones iniciales del hardware y permite que el sistema operativo se cargue correctamente.
Los tipos de tecnologías de chipset han evolucionado significativamente con el tiempo, pasando de simples controladores a complejos sistemas integrados. El chipset se divide principalmente en dos puentes: el northbridge, que gestiona las comunicaciones de alta velocidad entre el procesador, la memoria RAM y la tarjeta gráfica, y el southbridge, que controla los dispositivos más lentos como USB, SATA y audio. Las diferencias entre memoria RAM y BIOS son fundamentales: mientras la RAM es volátil y permite lectura y escritura rápida para el funcionamiento del sistema operativo y las aplicaciones, la BIOS se almacena en la ROM y contiene las instrucciones básicas para iniciar el hardware. La memoria RAM se borra al apagar el equipo, mientras que la BIOS permanece intacta y es esencial para el arranque del sistema.
La evolución de estas tecnologías ha llevado a la aparición de UEFI como sustituto moderno del BIOS tradicional, ofreciendo una interfaz más avanzada y mayores capacidades de configuración. Los chipsets actuales integran cada vez más funcionalidades directamente en el procesador, mejorando el rendimiento y reduciendo la latencia en las comunicaciones entre componentes. Esta integración ha permitido el desarrollo de sistemas más eficientes y compactos, fundamentales para los dispositivos móviles y ordenadores modernos.